La pelea se extendió hasta el final, siguiendo los resultados de doce asaltos en los que los jueces, por decisión unánime con puntaje de 116-112 y 115-113, dieron dos veces la victoria al campeón invicto.
La audiencia en el salón recibió el veredicto del juez con un rugido de insatisfacción, ya que consideraron que Lomachenko, quien trabajó como el primer número durante la mayor parte del partido, marcó el ritmo de la batalla y tomó con confianza las rondas de campeonato, ganó esta pelea. Al mismo tiempo, las estadísticas oficiales del partido confirman la ventaja del boxeador ucraniano.
En una entrevista posterior a la pelea, Haney dijo que considera su victoria absolutamente legítima, y Lomachenko dejó en claro que no iba a poner fin a su carrera, sin embargo, evadió responder la pregunta sobre sus planes a futuro.
Habiendo defendido cuatro cinturones de campeonato, Devin Haney, de 24 años, ganó la trigésima victoria de su carrera y Vasily Lomachenko, de 35 años, sufrió su tercera derrota profesional.