Así lo anunció en una conferencia de prensa en Las Vegas el presidente de UFC, Dana White.
“No está en el grupo de pruebas, pero puede regresar este año, al cien por cien”, dijo el máximo responsable de la liga más fuerte del mundo. “A quién le importa lo que diga la USADA, con Conor nunca se sabe cómo resultarán las cosas, así que ya veremos. Ahora no veo ninguna razón para sentarme y hablar de cosas hipotéticas.
Por lo tanto, el jefe de UFC dejó en claro que permitiría que el irlandés ignorara el requisito de la Agencia Antidopaje de EE. UU. de un período de prueba de dopaje de seis meses, que es obligatorio para los peleadores que regresan al grupo de prueba.
Tenga en cuenta que la USADA es un regulador contratado de la política antidopaje de la UFC y, de hecho, la última palabra la tiene la organización que paga por estos servicios. Al mismo tiempo, los estándares y requisitos de las Comisiones Atléticas de los estados, que exigen pruebas de dopaje a los peleadores, no son tan estrictos y no deberían ser un problema para McGregor y el UFC.
En un principio se supuso que la pelea entre Conor McGregor y Michael Chandler será el evento estelar del torneo UFC 296, que se realizará el 16 de diciembre en Las Vegas y será el último evento de la organización este año.