Anteriormente, apareció en Internet un vídeo en el que Strickland destrozaba en la jaula al streamer Snicko, plagado de escándalos, que decidió poner a prueba sus habilidades boxísticas contra uno de los mejores pesos medios del mundo.
El ex campeón de la UFC dejó trabajar a su rival durante unos minutos, recibiendo golpes suyos, y luego le propinó una vistosa paliza rompiéndole la nariz al streamer.
«Sean Strickland, te avergonzaste a ti mismo tratando de detener a Snicko de esa manera», escribió Paul en las redes sociales. «Te esforzaste al máximo pero ni siquiera pudiste dejar caer a un hombre sin experiencia. Eres un boxeador terrible que sólo intimida a gente sin experiencia. Volaré hasta ti y podremos pelear ante las cámaras. Si ganas, te daré un millón de dólares, pero si caes, te harás un tatuaje de mi corredor de apuestas. Pero estoy seguro de que encontrarás la forma de escapar».
El ex campeón de la UFC no tardó en responder.
«Perdiste contra un boxeador no profesional, no lo olvides», respondió Strickland. «Estás boxeando con pequeños luchadores de MMA viejos y retirados, y estás vendiendo agua dulce a los niños. Si fuera legal, te quitaría la vida con una sonrisa en la cara. ¿Hay algún lugar en esta tierra donde pueda acabar con él y marcharme en paz?».
«Te ofreceré un trato mejor, Jake, porque el dinero no puede comprar la felicidad: te sobra, pero sigues siendo un gilipollas. Sin cámaras, tú y yo en el desierto. Yo sería feliz. Sin redes sociales, sin likes, sin juegos. Sólo te necesito a ti».
El mes pasado, Sean Strickland perdió su cinturón de campeón del peso medio de la UFC ante el sudafricano Dricus Du Plessis por una controvertida decisión dividida, y Jake Paul consiguió su octava victoria profesional en boxeo en diciembre con un nocaut en el primer asalto sobre Andre Augustus.