En el primer asalto, el británico fue derribado, habiendo fallado un derechazo, pero ya no cometió errores graves, y en los siguientes cuatro dos minutos rompió al estadounidense desde la distancia, empatando en el clinch al acercarse.
A pesar de la aparente ventaja de Page y la cara rota de Perry, los jueces evaluaron la actividad del Platino, y después de cinco asaltos, declararon un empate por decisión dividida, trasladando la pelea a tiempo extra.
En el sexto asalto, Perry se adelantó e infligió graves daños a Page, quien apenas podía mantenerse en pie y con mucha dificultad contuvo las embestidas del enemigo. Después de aplastar la cara de su oponente y causarle varios moretones, el luchador estadounidense fue declarado ganador, ganando la pelea por la mayoría de los votos de los jueces.