«Las Vegas, Nevada, ¿estáis listos para la Revolución Americana?», preguntó Covington al público en el pesaje de exhibición del evento. «Dedico esta pelea a todos los agentes de la ley, al personal militar y a todo el movimiento MAGA: podemos ser apresados, pero no detenidos». ¡Trump estará de vuelta en la Casa Blanca y yo tomaré el cinturón de campeón indiscutible mañana! Es todo por América, ¡vamos!».
«Dalo por muerto», respondió Edwards. «Recuerdo todo lo que dijo sobre mi padre, y mañana responderá por ello».
Un día antes, en la rueda de prensa previa al combate, el británico lanzó una botella a su rival después de que el estadounidense prometiera arrastrar al campeón de la UFC al infierno, donde podría saludar a su difunto padre, asesinado hace veinte años en un club nocturno londinense.