«Creo que cuando llegas al punto en el que dejas de sentir algo, significa que necesitas dejarlo atrás e intentar otra cosa», dijo Jones en otra edición del podcast OverDogs. «De momento, sigo muy nervioso. Tengo pesadillas con mis rivales. Cada hora me vienen pensamientos de Stipe Miocic a la cabeza. Puedo beber todo lo que quiera, pero no se me va de la cabeza. Puedo estar en el partido de voleibol de mis hijos y estar pensando en una pelea con Stipe. La gente no se da cuenta de la presión psicológica que supone, pero mi objetivo es lidiar con ello»
«Stipe tiene agallas, no es un luchador joven, pero es un hombre de verdad. Yo tampoco soy joven, ya soy un atleta de edad, especialmente en las artes marciales. Stipe es un tipo decente, y sé que quiere esta pelea. Todo el mundo piensa que está entre la espada y la pared, que está en una situación de David contra Goliat, pero yo no estoy de acuerdo con eso. Stipe es un atleta muy capaz y creo que debería darle la oportunidad de luchar contra el mejor luchador de todos los tiempos. Creo que tenemos una deuda de gratitud mutua. Creo que si los dos nos fuéramos sin vernos nunca en el octágono, nos quedaríamos con cuentas pendientes. Mucha gente le mira de reojo y no le da una oportunidad en este combate, pero yo sé lo duro que entrena porque espera ganar, y por eso le respeto aún más».
Como recordatorio, el combate por el título de los pesos pesados entre Jon Jones y Stipe Miocic encabezará el UFC 295 en Nueva York el 11 de noviembre.