«En 1997, cuando aún entrenaba en Los Ángeles, me crucé con los chicos de las MMA», dijo «The Rock» a Joe Rogan en una entrevista. «PRIDE acababa de abrir en Japón, y vi a todos esos luchadores pasarse a PRIDE. Por aquel entonces, yo ganaba 150.000 dólares peleando 235 días al año. Puedes hacer la cuenta de lo que ganaba por combate. Me enteré de que los luchadores de PRIDE ganaban 250.000, 350.000 y 500.000 dólares, y pensé: ‘Maldita sea, nunca ganaré tanto en la WWE’. Además, la gente me abucheaba fuera del estadio, y ni siquiera podía ser yo mismo: tenía que sonreír cuando no quería».
«Empecé a hablarlo con Ken Shamrock, que luchaba con nosotros, y con Mark Kerr. Les pedí que me hablaran un poco más de PRIDE. Tenía la idea en la cabeza de que debía hacer MMA, ir a PRIDE y ganar dinero de verdad allí. Y no tendría que sonreír todo el tiempo. Quizá la cague y me vuele los pulmones, pero quizá lo consiga y llegue a algo».
Ese mismo año Johnson abandonó sus planes, ya que se le permitió cambiar de papel, y del personaje eternamente sonriente con expresión infantil de la cara pasó a reconvertirse en villano, a cuya imagen alcanzó fama mundial y se convirtió en uno de los luchadores más famosos de la historia de la industria.
Sin embargo, «La Roca» sigue siendo un gran aficionado a las artes marciales mixtas, asiste a menudo a eventos de la UFC, regaló el título de la BMF a Jorge Masvidal y no hace mucho compró una casa a uno de los aspirantes a luchador de la liga más fuerte del mundo.