El campeón de peso crucero de la FIB y representante de Australia en los Juegos Olímpicos de 2012, Jay Opetaya (22-0, 17 KOs) estuvo en el epicentro del escándalo: se desplomó sólidamente, maldijo a la policía e incluso orinó en la comisaría. El luchador tuvo suerte: escapó con un ligero susto.
El incidente tuvo lugar el 14 de agosto en Sydney (Australia). Muy borracho, Opetaya, junto con su compañero, trató de entrar en el club local desde la entrada trasera, pero los guardias los rechazaron, aconsejándoles que «entraran como todos los demás».
El campeón trató de abrirse camino a través de 5 guardias. El intento fracasó, se le pidió que se fuera, pero Opetaya decidió hurgar un poco más. Los guardias agarraron al luchador, llamaron a la policía y esperaron su llegada.
Al peleador no le gustó la apariencia de la policía, comenzó a comportarse aún más agresivamente, gritando. Su comportamiento fue grabado por la cámara, incluso gritando a la policía: “Malditos imbéciles, estaba sentado aquí arrestado por nada. ¡Fuera de aquí! ¡Aléjate de mí!»
Decidieron no arriesgarse, esposaron al hombretón y lo llevaron a la comisaría. Opetaya trató de resistirse, llamó a uno de los policías un «pedazo de mierda de cuatro ojos», una vez más les envió a todos tres cartas y les exigió que «se fueran a la mierda». En la celda, el boxeador no se calmó: golpeó las puertas con los puños y hasta orinó en el banco.
La audiencia judicial se llevó a cabo ayer. El abogado del campeón apostó que Opetai no tenía antecedentes penales y admitió plenamente su culpabilidad. Supuestamente, todo sucedió porque el boxeador probó el alcohol por primera vez en su vida. Y ahora el incidente podría arruinar su carrera deportiva.
El juez regañó al boxeador, calificó su comportamiento de «terrible», lo regañó por su «actitud vergonzosa hacia la policía» y le aconsejó que dejara el alcohol para siempre. Opetai tuvo suerte: recibió 24 meses de libertad condicional.
En julio, Opetaya venció sensacionalmente al líder de la división de la era Mairis Briedis de Letonia y le quitó el cinturón de la FIB. Después de la pelea, el entrenador del ganador dijo que su pupilo se rompió la mandíbula en el segundo asalto. Y el perdedor confesó que ahora quiere vengarse con Opetaya.
Se rumoreaba que habría una “pelea en casa” en la defensa inicial, pero luego el campeón anunció que quería a los campeones Makaba y Okoli.
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